Esta tarta solemos comerla en la malquerida, un sitio nuevo en Toledo, donde puedes ir a tomar un café con un buen pedazo de tarta casera, compartir algún plato o tomar una copa a una hora sensata. Bueno, volviendo a la tarta, desde el día que la probé, la idea de prepararla, me traía de cabeza: ¿Como puede quedar tan tierna, esponjosa y rica una tarta con zanahorias? La verdad es que la zanahoria, igual que si a un bizcocho le añadimos manzana, consigue ese efecto "mojado" que la hace tan característica.
La receta la saqué de un blog que sigo mucho llamado
Amorcillarte, donde Laia, así se llama esta buena cocinera, (igual que mi niña, por cierto) la preparó de forma sencilla, y con un resultado excelente.
Ingredientes:
(Para el bizcocho)
- 450 gr de zanahorias.
- 200 gr de harina de repostería
- 80 gr de harina integral.
- 100 gr de anacardos.
- 200 gr de azúcar.
- 100 gr de azúcar moreno.
- 4 huevos.
- 245 ml de aceite de girasol.
- 1 cucharadita de polvo de vainilla.
- 1 cucharadita de bicarbonato.
- 2 cucharaditas de levadura química (para hacer bizcochos)
- 1/2 cucharadita de sal.
- 1 cucharadita de canela.
(Para la cobertura o frosting)
- 300 gr de queso de untar.
- 250 gr de azúcar glass.
- 300 ml de nata líquida para montar.
- 50 gr de mantequilla.
Elaboración:
Antes de empezar a preparar el bizcocho deberemos tostar los anacardos en el horno durante 8 minutos a unos 180 º aproximadamente. (Estos no deben ser fritos nunca, ya que aportarían otro sabor, además de estar salados).
Seguidamente trituraremos las zanahorias, con ayuda de la minipimer braun en mi caso, para que nos quede lo más fina posible. Trituraremos también los anacardos y reservaremos las dos cosas.
En un cuenco lo suficientemente amplio, iremos añadiendo las harinas, el bicarbonato, la levadura, la canela y la sal. Removeremos con las varillas para que queden todos los ingredientes bien integrados entre si.
En otro recipiente procederemos a hacer lo mismo con los huevos, el azúcar (moreno y blanco), el aceite y el polvo de vainilla.
A continuación mezclaremos los ingredientes de los dos cuencos y añadiremos los anacardos y las zanahorias, removiendo con la varilla para que se integren bien todos los ingredientes.
Vamos a preparar el molde para el horneado, untando con mantequilla todo el interior de este y forrándolo con papel de hornear o vegetal. Seguidamente vertemos la masa obtenida y lo introducimos en el horno a una temperatura de 180 º durante una hora aproximadamente (echadle un vistazo de vez en cuando, pues cada horno ya sabéis...) Os aconsejo que no abráis el horno durante el horneado, para no correr el riesgo de que el bizcocho se nos baje.
Importante: Una vez sacado del horno, esperad a que se enfríe, si no, al partirlo por la mitad para rellenarlo, corréis un alto riesgo de que la parte superior se os rompa en varios trozos.
Si queréis que quede una tarta muy alta, podéis hacer otro bizcocho y así no será necesario partirlo para rellenarlo.
Para preparar el frosting o cobertura, primero deberemos montar la nata. Para ello deberemos tenerla en la nevera para que esté bien fría, montará mejor. Por supuesto, la nata se puede comprar en pastelerías ya montada, pero deberéis tener en cuenta la cantidad de azúcar que añadís para el frosting, ya que ésta, suele llevar azúcar.
En un cuenco y con la ayuda de las varillas reblandeceremos el queso de untar. A continuación añadimos la mantequilla hecha pomada, el azúcar y la nata, poco a poco y con cuidado para evitar que pierda esa textura esponjosa que aporta la nata.
Dispondremos el frosting entre las dos partes del bizcocho, y por último recubriremos el bizcocho por todas sus partes.
Y... voilà!