Ingredientes:
- 2 Cebollas medianas.
- 2 dientes de ajo.
- 500 gr. de champiñones
- 1 l. de agua o caldo.
- 200 grs. de nata liquida.
- 1 nuez de mantequilla.
- 1 o 2 quesitos en porciones.
- Aceite, sal, pimienta y eneldo.
Elaboración:
En una cazuela mediana añadimos 3 cucharadas de aceite de oliva virgen y en ella rehogamos las cebollas picadas y los ajos durante diez minutos a fuego bajo.
Mientras pochamos la cebolla, limpiaremos los champiñones. Los lavamos bien debajo del grifo, los escurrimos y los cortamos a trocitos.
Consejo: (Deberemos cortarlos justo antes de echarlos a la cazuela, ya que si no, inmediatamente se oxidarán y se pondran negros.)
Una vez limpios y cortados los añadimos a la cazuela y los tenemos allí otros diez minutos, removiendo de vez en cuando. Pasados los diez minutos añadimos el litro de caldo( de pollo, verduras,...) o agua. Cogemos el molinillo de la pimienta y añadimos un poquito.
Los dejaremos hervir durante media hora a fuego suave y rectificamos de sal. Después de este espacio de tiempo, comenzamos a triturar con la batidora a la vez que añadimos la nata líquida, el quesito, la mantequilla y un chorrete de aceite de oliva virgen. (podemos añadir leche en vez de nata si queremos meternos 'pal cuerpo' menos calorias.
Lo servimos en un plato y espolvoreamos un poquito de eneldo. Mi modo de adornarlo es también sencillo. Con un biberón de salsear dibujamos una espiral desde dentro hacia afuera, cogemos un palillo y desde el centro hacia el borde del plato trazamos una linea, seguidamente lo hacemos al revés( desde el borde hacia el centro) y obtenemos este dibujo.
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