Volvemos a las magdalenas, esas ricas magdalenas con su toque de limón y hechas esta vez con aceite de oliva virgen extra, de mi pueblo, Teresa.
Un aceite con muy poquita acidez y con sabor ligero, afrutado y fino, que recuerda a las aceitunas verdes recién cogidas y a las manzanas, con aroma a trufas maduras, higos y almendras., cuyas aceitunas de la variedad "Serrana de Espadán y Alto Palancia", son autóctonas de aquella zona del interior de Castellón.
A diferencia de otras aceitunas, estas se recolectan a finales de año (principios de diciembre).
En otras recetas de magdalenas, he utilizado aceite de girasol, pero dando una vuelta por este mundo de los blogs de cocina, vi una receta que me llamó mucho la atención, pues estaba preparada con aceite de oliva virgen extra.
La verdad, es el que utiliza mi madre para preparar la repostería, ya que es el que tiene en casa. La receta la saqué del blog Seda Sabor, una verdadera sorpresa.
La receta la he adaptado y con las cantidades utilizadas salen alrededor de 18 o 20.
Ingredientes:
- 2 huevos
- 125 gr. de azúcar
- 110 ml. de leche entera
- 125 ml. de aceite de oliva virgen extra
- 240 gr. de harina de repostería.
- Ralladura de un limón
- 10 gr. de levadura química (tipo Royal)
Elaboración:
Para batir la masa, he utilizado una batidora normal, sin varillas. Por supuesto la podremos batir con unas varillas de mano.
En un cuenco amplio, batimos bien el azúcar y los huevos (clara y yema, todo junto) hasta que quede cremoso. Seguidamente añadimos la leche y el aceite y batimos durante al menos un minuto.
Incorporamos la levadura junto con la harina, tamizadas con un colador, para que quede bien fina, y la ralladura del limón, sólo lo amarillo, lo blanco nos amargaría. Seguiremos batiendo como un par de minutos más.
A continuación. vertemos la masa en una manga pastelera, para que así nos sea mucho mas fácil rellenar los papeles o cápsulas de las magdalenas. Yo he utilizado una desechable y sin boquilla (como me aconsejaban en la receta), pero si no tenemos manga a mano, pues podemos utilizar una jarra y verter con cuidado sobre los moldes.
Dejaremos reposar la masa alrededor de una hora.
Precalentamos el horno a 220º, y depositaremos las cápsulas detro de moldes rígidos (yo he usado de silicona, como se aprecia en la fotografía) y una vez los tengamos preparados podremos rellenar cada capsula como las 2/3 partes de su capacidad.
Introducimos en una bandeja en el horno a media altura y bajamos la temperatura a 200º.
Horneamos durante 20 minutos, con cuidado, pues cada horno es un mundo, y en alguno se nos pueden quemar si nos confiamos, por eso aconsejo acercarnos a pegar una miradita de vez en cuando.
Seguidamente las dejamos enfriar sobre una rejilla y ya estarán para comer.
Deliciosas!
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